El proyecto, que cuenta con un presupuesto de 500.000 euros, se ejecuta a través de ‘Fuerteventura, bonita por naturaleza’ y atañe a muros de piedra seca y gavias
Se trata de una intervención muy ambiciosa que recuperará la identidad paisajística en un gran espacio emblemático de los municipios de Tuineje y Antigua
El Cabildo de Fuerteventura ha iniciado hoy una
ambiciosa intervención sobre un paisaje tradicional especialmente emblemático
para la isla, como el que constituyen las gavias y muros de piedra seca que se
extienden por más de 211.000 metros cuadrados entre Agua de Bueyes y
Tiscamanita. La acción se incluye en el programa ‘Fuerteventura, bonita por
naturaleza’ y cuenta con un presupuesto de medio millón de euros.
Los trabajos de adecentamiento y rehabilitación
sostenible de este paisaje tradicional que se extiende por los municipios de
Tuineje y Antigua se prolongarán durante seis meses e implicará a varias
cuadrillas especializadas en la recuperación de muros de piedra seca y en el
desbroce y rehabilitación de gavias para cultivo.
La presidenta del Cabildo, Lola García, señala que “la
rehabilitación de este paisaje tradicional reafirma el compromiso con la
recuperación de la esencia de Fuerteventura, a través de la puesta en valor y
conservación de estructuras históricas, como gavias y muros de piedra seca, que
forman parte de nuestra patrimonio cultural y ambiental”.
El consejero de Obras y Maquinaria, Blas Acosta,
explica que “con el programa ‘Fuerteventura, bonita por naturaleza’ mantenemos
el foco de atención en los detalles, en las acciones que aportan una mejora
sustancial en la calidad de vida de los majoreros y suponen un plus positivo en
la experiencia de los visitantes”.
El proyecto Adecentamiento y Rehabilitación
Sostenible del Paisaje de Tiscamanita y Agua de Bueyes aborda la restauración
de gavias, muros de mampostería en seco de las mismas y cadenas de piedra seca
en laderas.
Para la rehabilitación de la zona de cultivo de las
gavias, se procederá al desbroce del interior y a su explanación por medio del
desplazamiento de tierras con medios mecánicos, trasladándolo desde el interior
de la parcela hacia el exterior para reforzar su dique de tierra o trastón.
Para la reposición de los muros de mampostería en
seco de las gavias se empleará la misma piedra del lugar y se colocará por
medios manuales.
Para la rehabilitación de cadenas (muros de
mampostería en seco deteriorados en laderas) también se trabajará de forma
manual y con piedra del entorno.
La amplitud del ámbito de actuación (211.799 metros
cuadrados entre Tiscamanita, municipio de Tuineje, y Agua de Bueyes, municipio
de Antigua), su presupuesto de medio millón de euros y su desarrollo a lo largo
de seis meses evidencia la importancia de este proyecto dentro de
‘Fuerteventura, bonita por naturaleza’ y de las políticas del Cabildo.
El encargo
‘Fuerteventura, bonita por naturaleza’ realizado por el departamento que dirige
Blas Acosta a su medio propio Gestión y Planeamiento Territorial y
Medioambiental (Gesplan) contempla actuaciones a largo de 15 meses, entre 2024
y 2025. Durante ambos ejercicios se invertirán cuatro millones de euros de
financiación propia en cerca de un centenar de “acciones de cercanía” que
inciden directamente en la conservación del entorno natural, en la buena
percepción de los visitantes y en la calidad de vida de los residentes.
Mucho más que un
paisaje
Fuerteventura carece de una cubierta vegetal que
dificulte o impida la libre circulación del agua por las laderas. Además, sufre
el abandono de las zonas tradicionalmente utilizadas para el cultivo. Por tanto,
resulta de gran interés mantener las ventajas que proporcionan los sistemas de
gavias tradicionales y el sistema de cadenas de cara a conservar la fertilidad
de la tierra.
El sistema de gavias y cadenas de Fuerteventura se
caracteriza por su bajo consumo energético y por el uso de tecnologías blandas.
El resultado de este sistema tradicional es eficaz lucha contra la
desertificación en medios áridos, y un ejemplo de gestión del agua.
Entre sus ventajas, destaca que evitar las pérdidas
de suelo, incrementa las reservas de agua propiciando la infiltración, disminuye
los riesgos de erosión hídrica y eólica, controla la salinidad de los suelos, sirve
como reserva ecológica para especies en peligro de extinción y aporta un
singular valor turístico a través del paisaje agrícola tradicional de gavias.